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lunes, 31 de marzo de 2014

Los seres que habitamos el planeta



Diríamos que todos los seres vivos tenemos los mismos derechos, sin embargo si fuera así no tendríamos la necesidad de comernos los unos a los otros; la vida sin duda es dura, compleja y sobre todo nada racional, puesto que lo racional impide que la vida continúe.

Es un discurso circular que siempre nos llevaría a plantearnos si de verdad tenemos derecho a vivir siendo como es imprescindible para ello que otros seres vivos mueran para que nosotros podamos vivir; de modo que tendremos que plantearnos que en este mundo imperfecto quizá nosotros los humanos seamos esa pequeña oligarquía que domina al resto de seres vivos y ello nos obligue a ser más cuidadosos con nuestro entorno y con el resto de pobladores que nos sirven de alimento y de disfrute contemplativo; desde los animales hasta las plantas y otros que (aún sin vida que se sepa) como los bellos paisajes nos hacen sentir.

Planteado así, casi pareciera que estoy hablando de religión o más bien de alguna religión concreta, sin embargo no me he sentido nunca imbuido en estas creencias ni prácticas, me remito pues para dejar constancia a su etimología ( http://es.wikipedia.org/wiki/Religi%C3%B3n#Etimolog.C3.ADa ) de modo que el verdadero sentido que quisiera dar a este hecho es que estamos en la cúspide de todos los seres vivos que habitamos el planeta y ni tan siquiera por ello debemos sentirnos orgullosos o seguros, puesto que nuestra estancia aquí es absolutamente inestable, si se prefiere precaria, término muy de moda en los últimos tiempos, pero realmente nuestro tiempo aquí es inexorable.

Nacemos ya con el cartelito de  "desahuciado subjudice" pero con la sentencia aplicada y sin fecha, así que vamos a morir para dejar paso a otros, de modo que aferrarse a la vida, acumular riquezas, ser nocivo para tus congéneres no sería el mejor de los consejos a seguir. Seamos pues lo más racionales que podemos llegar a ser y tengamos sentido de la vida.

Vida es todo aquello que nace, luego no existía antes y que después muere, es decir que dejará de existir.

Que sepamos a ciencia cierta nada permanece, todo muta, quizá ahí resida la esperanza para algunos, los más temerosos; para otros simplemente queda el recuerdo durante un tiempo o una época, nada importante que podamos disfrutar.

El verdadero disfrute de la vida está mientras se vive y ser consecuente con la naturaleza que nos ha otorgado un cerebro capaz de tener sentimientos que ignoramos tienen otros seres vivos; por supuesto ser consecuente con que otros después de nosotros guardarán un recuerdo de nuestro paso por aquí y aunque no podamos disfrutarlo, sí es totalmente enriquecedor para nuestro paso el dejar una huella libre de malos sentimientos para los demás.

Me gustaría que recordaseis los que leáis esto que tan importante es para mí que tengáis un buen sentimiento respecto de mi pensamiento como yo lo tengo de mi paso por estas reflexiones, que me ayudan a gestionar mi vida como si fuese a continuar siempre aquí, cuidando de mi entorno, de mis amigos, de mi familia, de los otros que al fin y al cabo son como yo, seres vivos que dejarán de estar aquí un día.

Soy consciente de que este escrito es demasiado corto, que se queda cojo, pero lo cierto es que si estamos hablando de la conciencia humana, ésta por si misma debería servir para que cada quien terminara el escrito a su modo, y si su humanidad es tal, el final del escrito coincidiese con el del resto.

Por lo tanto reflexiona sobre esto, porque desde un punto de partida de humano es sencillo continuarlo..