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sábado, 22 de febrero de 2014

Las Tres Haches: Honestidad, Honorabilidad y Honradez : Abrumado por tantas mareas.

Las Tres Haches: Honestidad, Honorabilidad y Honradez : Abrumado por tantas mareas.: La ciclogénesis que ha estado afectando a Europa en las últimas semanas no ha sido sólo a nivel atmosférico, desde hace algo más de tres a...

Abrumado por tantas mareas.

La ciclogénesis que ha estado afectando a Europa en las últimas semanas no ha sido sólo a nivel atmosférico, desde hace algo más de tres años Europa sufre una ciclogénesis social que desemboca en innumerables mareas de todos los colores.

Lo que realmente es preocupante es que si queremos que esas mareas surtan efecto y lleguen a la costa, no podemos hacerlas como olas solitarias, sino como un tsunami que de verdad inunde a toda la población y le haga adquirir un sentido más crítico ante la insostenible situación en la que nos encontramos.

El problema está en estas mareas, en cómo están dirigidas y por quiénes, en que realmente aunque todos persigamos lo mismo no lo hacemos de modo grupal, sino que todos y cada uno de ellos quieren hacerlo desde sus planteamientos ideológicos, y es ahí donde está el gran error.

Hay grupos de todo tipo, unos defienden lo mismo de un modo y los otros del otro, simplemente no están de acuerdo en el discurso, en la leyenda que figura en la pancarta de turno, pero en el fondo todos quieren lo mismo. Con esta disensión sólo demuestran poca inteligencia y sobre todo un enorme egoísmo, lo que se contrapone con la idea original, con la de conseguir cosas juntos y entre todos. De este modo la mayor parte de mareas y de grupos que se movilizan lo hacen con leyendas que suenen a discurso trasnochado y absurdo.
Por ejemplo qué es eso y por qué eso de matizar entre TODAS Y TODOS,  el Todos se puede aplicar genéricamente y no creo que ningún ser humano que se precie, sea éste masculino o femenino se moleste por eso y si lo hace es que realmente su condición sexual puede más que la condición genérica de igualdad, yo es algo que no entenderé nunca, pero además me molesta que TODOS, sigamos esta nueva moda como algo más igualitario, la igualdad poco tiene que ver con estos matices ligüisticos y sí bastante con la forma en la que se tratan las cuestiones de eso, de igualdad; acaso cambia en algo llamarle a alguien Don hijo de puta que hijo de puta a secas, ¿es que ese respeto del Don minimiza el sentido, el significado real?;  por ir más lejos, ¿es que el tono no dice más que el significado?.

Lo verdaderamente importante no son estas cuestiones, sino el que nos están machacando, nos están robando lo conseguido y ni siquiera podemos decirlo así, la realidad es que nos estamos jodiendo a nosotros mismos por no poner de verdad una barrera de por medio. Estamos consintiendo y ello nos hace cómplices, porque lo que importa es cambiarlo, no qué marea lo cambia ni con qué frases en las leyendas de las pancartas, qué más da eso, qué coño importa, en qué cambia realmente lo que se pretende.

El mayor problema que tenemos es el de querer ir en grupo, pero en grupos establecidos, con bandera y con leyenda, cuando al final lo que estamos hartos es de bandera y de leyenda, lo que importa es lo sustancial, lo que de verdad nos aporta igualdad y es por eso por lo que tenemos que luchar de verdad todos, saliendo a la calle o sin salir, pero poniéndonos de verdad en contra.

Yo lo tengo claro, si todos pasásemos de partidos políticos, de movimientos con leyenda y bandera y luchásemos por el sentido común, seguro que conseguiríamos más, aunque no obvio que si el ser humano lleva haciendo el imbécil desde que comenzó a pensar, mejor dicho, desde que algunos seres humanos pensaban mientras otros sólo imitaban o ejecutan lo que otros pensaban, pues eso, que esto poco cambio ha de experimentar. 

viernes, 21 de febrero de 2014

Mientras la vida se escurre entre los dedos

Mientras la vida se nos escurre entre los dedos a veces nos dedicamos a pensar,  a recordar, a proponernos crear o destruir cosas; yo hoy quiero destruir dos mitos, dos de los grandes mitos que siempre he respetado, admirado y que en muchos aspectos he deseado imitar.

Los dos mitos son Jesús de Nazareth y Ghandi, los cito así por su orden cronológico, aunque quizá el segundo tenga un valor más real puesto que se trata de una historia que aunque pueda estar manipulada es seguro que lo está menos que la del primero.

Jesús de Nazareth, según nos cuentan en la Biblia y al margen de su parentesco con la deidad o no, que resulta cuando menos poco demostrable sino es por medio de la fe, fue sobre todo un hombre bueno. Nos dicen que nació en Belén, que precisamente como consecuencia de los comentarios de los magos, los conocidos como reyes magos, se ordenó por parte de Herodes la muerte de todos los niños menores de dos años, intentando así matarlo a él; pero entrar ahora en toda esta controversia para la que existen diferentes versiones es poco menos que no ceñirse a lo que realmente me importa. No soy historiador ni lo pretendo, no estoy interesado en cuestiones de fechas, ni de probabilidades, ni de si está o no documentado éste o aquel hecho, puesto que esto al final sólo lleva a un camino, el de aceptar lo escrito, lo documentado por otros, sin poder cotejarlo en modo alguno por la obvia imposibilidad de hacerlo.

En fin, que me lío y no quiero liarme, a lo que quiero de verdad ir es a la bondad, a las bondades de este hombre que nos han llegado a través de los escritos evangélicos, y si es cierto todo lo que nos han dicho, me parece como siempre me ha parecido, digno ejemplo a seguir, si no fuera porque su final, su muerte, me parece más la elección de un loco, de  un masoquista suicida o de alguien cuya depresión le llevó a abandonarse del todo.

Cuando nos narran la despedida de Jesús en la última cena siempre pienso en que ese hombre estaba sufriendo mucho por la incomprensión de las personas que le escuchaban, por el asentimiento vano sin entender nada de todos aquellos que se cruzaban con él, por la soledad de liderazgo, de un líder que no aspiraba más que al reconocimiento de ser buena persona, por alguien que quizá perseguía que todos fueran más consecuentes, mientras que comparativamente a otros líderes que ha dado la naturaleza, cuyos objetivos eran más comerciales que sentimentales, no terminó en ningún caso en esa frustración, que le lleva finalmente a entregarse a sus enemigos sin ni tan siquiera intentar esconderse, que ya no digo luchar que sería lo más natural. Cuando alguien se entrega ya de ese modo, cuando alguien renuncia a su vida a sabiendas de que además tendrá una muerte difícil, no puedo entenderlo, me cuesta aceptarlo y sobre todo me cuesta entender que nos lo hayan querido meter como la demostración de dar la vida por nosotros y ser hijo de Dios, algo bastante complicado de entender desde una óptica de reflexión o inteligencia.

El papel de Jesús en esos últimos momentos de su vida, en esas últimas semanas, hasta que toma la decisión de entregarse, es de lo más triste, del mayor victimismo, porque si bien siempre nos hicieron creer que él intuía o sabía que Judas le entregaría, si bien nos han hecho saber que en la última cena se despidieron, es decir, sí él o Él ya sabía que esa misma noche iba a ser apresado por los soldados, por qué en vez de huir, discutir o darle dos ostias que no hostias a Judas, se queda orando en el huerto de los olivos, esperando a que los soldados se lo llevaran, por qué cuando está frente a Pilatos insiste con trabalenguas que sabía que no iba a entender, con que sí era Rey o mejor dicho no decir que no lo era, o que si era o no el hijo de Dios, a sabiendas de que aquello no lo podrían entender las gentes de su época, por qué empecinarse en ayudar al vulgo sabiendo que el vulgo lo que buscaba era un líder que les sacase de su secuestro de los romanos y no un modo de vida en la que no se sintiesen esclavos de los romanos.

En fin, mi duda, mi reflexión, es la de que no puede uno entrar en Jerusalén a lomos de un burro y ser recibido como líder y después permitirse morir sin luchar, sin huir, puesto que hubiera sido más digno en cualquier caso morir de sed en el desierto, huyendo como era preciso, como hubiera hecho una persona que no quiere practicar la violencia pero que tampoco busca que se ejerza contra ella porque sí.

En cuanto a Ghandi me ocurre algo parecido, porque después de pasar en Sudáfrica por un abogado maltratado y vejado por el simple hecho de ser Indio, de montar allí su propio partido político para luchar, eso sí, mediante la no violencia, contra los verdaderos poderes fácticos, estar en la cárcel, etc., vuelve a su país monta todo lo que montó y finalmente lo que yo extraigo es que puedes consentir, locamente eso sí, el que se ejerza la violencia contra uno mismo, otra cosa es consentir y crear un movimiento para que la gente aguante esa violencia sin rechistar, eso desde mi punto de vista no encaja, ahí hay un punto de locura que se enajena de uno mismo para hacer sitio y hueco en las personas que te siguen por su propia carencia de pensamiento, lo que le hace a él responsable de esos males.

Hay otra vía a medio camino entre practicar la violencia y no practicarla o si se prefiere entre practicar la no violencia y tampoco consentir la violencia porque sí contra uno mismo o contra los que te rodean, porque en el fondo lo que subyace es hacer el bien, esa es en sí la filosofía de Jesús y de Gandhi, pero hacer el bien no puede ser consentir el mal, porque ambos pensamientos, ambas formas de ver la vida se confrontan, se enfrentan y no son compatibles.

De todos modos, como siempre, yo no trato de convencer a nadie de nada y estos escritos no sirven para nada, sino para  mí, para divertirme, ratificarme en mi modo de pensar y seguir reflexionando sobre el sin sentido de muchas cosas que hemos oído a lo largo de nuestra vida y que quedan ahí como columnas vertebrales de nuestro pensamiento dirigido, cuando únicamente deben estar ahí para servirnos de guía de lo que merece o no merece la pena hacer o seguir.

jueves, 20 de febrero de 2014

ISEGORÍA



Si lees hasta el final este artículo, te darás cuenta de que lo importante no es como empieza; si no eres incapaz de leerlo entero, mejor ni lo empieces, no te merecerá la pena, es como si quieres tener una relación sexual interesante, aunque lo que más te interesa es el final, lo bueno de verdad está en el acontecer poco a poco.

Hoy no voy a hablaros de cosas más raras, más complejas, aunque seguro estoy de que a muchos no les sonará esta palabra, sí a otros y su significado se os hará bastante familiar aunque seguramente complejo de aplicar y no aceptado por algunos, lo que será una lástima porque es lo único que puede salvar al ser humano de lo que se le viene encima de no aplicar este tipo de sistemas de gobierno, voy a hablar de Democracia, simplemente.

Ya en la antigüedad, como todo el mundo sabe, los griegos se preocuparon mucho de estas cuestiones, entonces, los Atenienses, dieron por nombre ISOCRACIA a un planteamiento de gobierno que significaba el Gobierno de los iguales, eso significa ISOCRACIA, la igualdad política de aquellos que tenían derechos ciudadanos, de los que por aquel entonces estaban excluidos las mujeres, los extranjeros y los esclavos, sin embargo esto servía tanto para ricos como para pobres, para nobles como para no nobles.

Solón, que fue un Gobernador allá por el año 600 antes de la era cristiana, consiguió una reforma por la cual la soberanía recaía en cada uno de los ciudadanos teniendo derecho a voto en la Asamblea, ahí se dictaban las leyes, se elegía a los jueces y también a algunos miembros del Gobierno, otros eran elegidos mediante elecciones, como por ejemplo el Comandante del Ejército; en fin sería muy extenso explicar todo cuando la única pretensión, lo que subyace de este escrito es únicamente que lo que se pide, se solicita o se exige, es eso, el sentido común a la hora de tomar decisiones que nos afectan a todos, porque si vivimos en comunidad tenemos todos los mismos derechos a tomar decisiones.

Otra de las reformas que se hicieron por la misma época, por los atenienses, sería atribuida a Clístenes otro político de la época que consiguió otros dos beneficios para el sistema de Gobierno la ISONOMÍA, que las leyes sean las mismas para todos y la ISOGONÍA, la igualdad de todos para intervenir en la Administración.

Unos doscientos años más tarde sería Aristóteles quien definiría la Democracia como: 

-ISOCRACIA:   Igualdad en el poder.
-ISONOMÍA:     Igualdad ante la ley.
-ISEGORÍA:    Igualdad en la participación en la palabra en el Ágora.



Una vez explicado esto queda evidente que la separación de poderes es algo lógico, algo poco discutible, ya hace 2500 años tenían esto claro, sin embargo hoy todavía discutimos esto y consentimos que no sea así por la vaguedad de no movilizarnos, permitiendo que poco a poco nuestro sistema de gobierno vaya a peor, algo que por sí mismo resulta tonto, puesto que del bien común y la igualdad nace la riqueza del propio país, algo que es bueno para todos.

Con la fórmula que en este momento tenemos, es decir, con la hipocresía de que parezca que los poderes están separados, que las personas que ostentan puestos de poder son elegidos por elección y que vivimos en una democracia, lo único que estamos consiguiendo es el enfrentamiento entre dos opciones que hemos venido a llamar IZQUIERDA Y DERECHA, nada más lejos de la realidad, puesto que se ha evidenciado que muchos de los que ejercen de políticos no han buscado otra cosa que un método para medrar en la vida, sin que les importe en absoluto lo que les ocurre a los demás, sean éstos votantes de su ideología o de la contraria. Y por qué digo esto, pues porque en ambas ideologías hay votantes de diferente condición social, es decir, en la supuestamente llamada IZQUIERDA, hay personas que tienen una economía saneada y que simplemente dicen ser de esa ideología porque por herencia o en su primera juventud, tenían pensamientos más orientados hacia la libertad, hacia la falta de creencias religiosas, por poner un ejemplo, y viceversa, en la supuestamente llamada DERECHA, hay también personas que por motivos de herencia o cualesquiera otros tienen esta ideología aún no habiendo obtenido en su vida ningún tipo de bienestar social, simplemente están más de acuerdo o creen estarlo con lo que su religión les motiva a vivir o porque creen que determinado "orden" les vendría mejor.

Pero nuestra realidad de los últimos años ha demostrado que no es una cuestión ni de derechas ni de izquierdas, sino de buena gente y mala gente, de gente que respeta a los demás y gente que no respeta a los demás; luego el que gobierne un tipo de ideología u otro no tiene mayor alcance, si bien es cierto que se prohíben o se permiten aspectos de la vida social que son importantes.

De todo esto lo que realmente se extrae es que en política hay muchas personas que no luchan por el bien común, ni siquiera por sus ideales, sino por medrar, por su crecimiento personal.Yo como siempre no me decanto por otra cosa que no sea el respeto a todo, exigiendo sobre todo el respeto también a los demás, el respeto hacia mí y mis ideales, que son el que cualquier persona debe ser libre de decidir sus deseos sexuales, el dominio de su cuerpo en todos los sentidos, el dominio de sus creencias en todos los sentidos, etc., con la única salvedad de que ninguna de sus libertades afecte directamente al prójimo, es decir, que el prójimo jamás sea consciente de esas situaciones, porque el verdadero respeto es ese, el de hacer con tu vida lo que quieras sin tener porqué ofender a los demás, sin ocupar el espacio físico de los demás.

Pondré ejemplos:

Soy fumador, pero estoy de acuerdo con que no se pueda fumar en sitios públicos no siendo que sean lugares explícitamente habilitados para estas personas, pero no fumo ni lo haría en parques, cerca, aún siendo en la calle, donde haya personas que no fuman y llego más lejos, me avergüenza sacar un cigarrillo y encenderlo frente a personas que no fuman.

Igualmente me gusta el sexo, el tipo de sexo que me guste no es lo importante, porque cuando lo practico no lo hago jamás en público, y si lo hiciera sería en un lugar habilitado para ello, para gente que quisiera hacer sexo junto a otras personas, pero jamás haría nudismo en una playa donde la gente no lo hiciera, por eso igualmente me molesta que haya gente que se escandalice o quiera prohibir que existan playas habilitadas para hacer nudismo. 

Tampoco entiendo cuál es la necesidad de que haya días de la fiesta del orgullo gay, en la calle por supuesto, no digo en espacios habilitados para ello, tampoco entiendo dónde está el orgullo de ser gay ni entiendo porqué va a ser más importante que el orgullo de ser heterosexual, no conozco a heterosexuales que vayan por ahí haciendo gala de ello como si fuera una hazaña, ser homosexual o heterosexual no es más que un gusto, como si te gustan más las judías blancas que el cocido, no veo más diferencias, ni entiendo porqué me ha de caer mejor o peor alguien por ser lo uno o lo otro, estoy seguro de que entre mis amistades hay quienes les gusta más el cocido que las judías y no les trato de diferente modo por ello, ni me avergüenzo o me enorgullezco porque les guste más un tipo de comida que otra.

No soy capaz de entender la religión, ningún tipo de religión, pero me parece perfecto que haya creyentes, de cualquier religión, lo que me parece mal es que toquen las campanas para decirme que comienza una oración o un evento religioso, me parece mal porque si yo abriese un local de intercambio de parejas y tocase la campana cada vez que empieza una orgía y todo el pueblo supiese que es así, habría muchas personas que se escandalizarían, y claro pueden decirme que no es lo mismo, que cómo voy a comparar una cosa con otra, pero yo no veo diferencia entre una cosa y otra, y como resulta que hay espacios y locales habilitados para esos eventos religiosos, pues me parece suficiente con que se reúnan ahí, canten, y hagan cualquier otra cosa que no afecte a los que no lo somos. 

Tampoco entiendo porqué  tengo que soportar procesiones en la calle, al fin y al cabo entre la fiesta del orgullo gay y la procesión del cristo del calvario no veo qué diferencias hay.

Sin embargo lo que de verdad sí me molesta es que las personas sean conscientes de que a cualquier hora del día hay niños en el mundo que se están muriendo de hambre y que aún siendo conscientes no dediquen ni un minuto de tiempo de su vida a hacer algo por ellos. Igualmente me molesta que muchos grupos se estén preocupando por las ballenas, por los tigres de Siberia o por los huevos de tortuga del Golfo de México, no digo que estas cosas no sean importantes, pero todos los días vemos en las noticias cosas horribles, niños y adultos que no tienen ningún tipo de vida, personas que están oprimidas y reprimidas por Gobiernos en el mundo que exterminan personas; todo esto está ocurriendo ahora mismo, cuando tu estás leyendo esto y mientras yo lo escribo; soy consciente de que no podemos hacer mucho, sobre todo si estamos solos, solos no podemos hacer nada, pero sí podemos empezar a comprender que todo este engorro de izquierda, derecha, democracia, religión, etc., no son más que poses, como se dice ahora postureo para seguir pasando el día a día, por eso este escrito, para llamar la atención, la tuya, sólo la tuya que es quien está leyendo esto ahora, para que de ahora en adelante pienses en que poco importa nada si seguimos permitiendo sin escandalizarnos o mirando a otro lado cuando vemos que la realidad humana es que somos capaces de pasar por delante de alguien que lo pasa mal y echar mano del móvil o de un cigarro o de ver un escaparate para apartar la mirada de lo que de verdad como seres humanos nos importa y nos duele y es que en el fondo lo que subyace es nuestra humanidad y si no la tenemos en qué nos convertimos y para qué servimos.

Un consejo: respeta a los demás, sus espacios, sus modos de pensar, sus gustos y exígeles sólo que respeten los tuyos, así de fácil.  Por cierto si echas una mano al necesitado te sentirás más humano, esté éste más cerca o más lejos, sea blanco o negro, hombre o mujer, niño o niña, creyente o ateo, homosexual o heterosexual, de izquierdas o de derechas, al final la única diferencia entre tu y otro ser humano es de matices, por lo tanto... pues eso, que te comportes como humano.