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miércoles, 25 de febrero de 2015

¿Incitando a la Rebelión o la desobediencia civil?




Voy a intentar explicar con brevedad un modo de sentir del que parece que muchos no se han dado cuenta.

Para vivir en el país que nací, España, tengo que cumplir con una serie de normas, leyes y códigos.

Para ello se supone que como contraprestación tengo que además de someterme a estas normas sentirme Español y lo que ello conlleva.

Ser Español es compartir con el resto de Españoles el territorio, el afecto por el país, el idioma y también las riquezas de este país.

Se puede estar de acuerdo con que para ello hay que trabajar, pero es entre todos los Españoles que tenemos que llegar y hacer un acuerdo, una fórmula, para que todos podamos cumplir con nuestras obligaciones.

Entre esas obligaciones está la de ser útil al país, a España, a su sociedad.

Para ser útil has de tener un modo de serlo, en forma de trabajo y éste tiene que realizarse con cariño y con el orgullo de ser útil, a su vez, tiene que tener una remuneración suficiente para poder vivir sin mirar desde abajo a los otros, sin penurias, sin injusticias.

Si el país no te da esa oportunidad de ser útil, de sentirte uno más, de poder vivir sin mirar siempre hacia arriba, ese país, ese contrato entre el país y tu, está siendo vulnerado por el país y no permitiéndote sentirte Español.

Si esto sigue ocurriendo qué debemos hacer los que no podemos sentirnos Españoles porque no nos dejan o facilitan serlo.

¿No habrá que cambiar el tipo de contrato o no habrá que sentarse y ver cómo hacemos para que los que estamos abajo dejemos de estarlo?

¿No es normal pensar que cuando una parte pierde tanto como se ha perdido pierda el miedo a perder porque ya lo ha perdido todo?

Yo desde luego me encuentro en una situación en la que todo pende de un estado de ánimo que por el momento se mantiene, pero que cada día se deteriora más.

O cambiamos el planteamiento, el sistema por el que ahora no tenemos derechos o buscamos una solución intermedia pero así no es posible continuar. 

lunes, 23 de febrero de 2015

Reflexiones




Uno de los países más poderosos del mundo, quizá el que más o quizá el que más fama tiene de eso, gasta cantidades ingentes en armamento, unas veces con la excusa de defender al mundo de las agresiones de los no demócratas y otras con el único objeto de mantener un orden mundial a su gusto.

Este país puede acogerse a la primera excusa por ejemplo atacando a Irak o aliándose con Corea del Sur y a la segunda defendiendo a Kuwait y no seré yo quien critique ninguna de las dos excusas, sobre todo porque no ignoro que ignoro muchas de las razones por las que se hayan podido tomar estas decisiones.
Sin embargo sí me creo con derecho a criticar, porque en ello no existe excusa alguna, porque no se acogen a cualquiera de los dos supuestos para ayudar a la invasión de el extremismo terrorista de supuesto origen islámico (que no es así, porque el islam no aboga por esos métodos) en Libia, Irak, Nigeria... , si no recuerdo mal y por supuesto que no, todavía hay más de doscientas niñas secuestradas de una sola vez en Nigeria por estos grupos, todavía hay miles de niños soldado en un montón de países subsaharianos, todavía ... en fin, que todavía siempre estará ahí, porque esa es la principal cuestión.

Pero vayamos más allá aún, cómo es posible que este país gaste esas cantidades ingentes de dinero en algo tan vergonzoso como es el armamento, porque la cuestión es que no hay ni orden ni concierto, se habilitan presupuestos increíbles para dotar a los ejércitos de medios para aniquilar al mundo; pero mientras tanto y ahora voy al origen de este escrito, se ven por las calles muchas personas de lo que ellos denominan "homeless" y que su traducción está cogiendo aquí no sólo la palabra sino también el hecho.

No puedo entender ni compartir como se puede hablar de ese país en términos de patriotismo sin interpretar que es patrioterío de la peor calidad. Que un sólo americano o Estado unidense esté sin casa, sin seguridad social, sin comida, debería de avergonzar a los ciudadanos de ese lugar del mundo, más aún si en la moneda al uso figura como leyenda principal el: In god we trust, porque desde ese momento se convierte en una ofensa contra ese Dios; igualmente ocurre con la Estatua de la Libertad, si un país que hace esas cosas se autodenomina Demócrata y presume de Libertad, pues es que yo entonces no entiendo muy bien qué significa Libertad.

Pero qué puedo yo hablar de Estados Unidos, si ni es mi tierra ni me gusta nada de allí salvo Franck Sinatra, el Cañón del Colorado y el Golden Gate de San Francisco, bueno y algunas cosas más, cuando en el mío, en mi país, estamos tomando un ritmo similar, el de los "sin techo" traducción del homeless inglés o más bien americano. Aquí el Gobierno se ha encargado de que nos americanicemos, tenemos ya los sin techo, las personas buscando en los cubos de basura la comida, la seguridad social va mermando sus obligaciones, y un largo etc.

Habéis visto u oído en las películas americanas, eso típico de te contrato y te despido, así, sin que medie nada más allá del deseo de quien contrata o despido, pues eso también se está instaurando aquí. No sólo fue Mc donald, ni la Ford o la Chevrolet, también las modas, las músicas y por si fuera poco el Halloween y alguna payasada más.

No soy un patriota de mi tierra, no hago defensa del flamenco, ni los toros, ni muchas otras cosas, pero me indigna que poco a poco nos estén americanizando en el peor de los sentidos. 

Yo ya no busco más Europa, ni más América, ni más nada, sólo deseo sentido común y que nosotros, los habitantes de este mundo, los que ya no tenemos más ganas de aguantar estas cosas, nos revelemos y sin violencia alguna nos neguemos a consentir más.

Sin embargo sé y veo día a día, que eso no lo conseguiremos, porque más allá de consignas está el sentido de la felicidad y éste sólo se consigue por medio de la superioridad.
Es cierto, las más de las personas no son felices por su estado de ánimo, sino que se animan o desaniman en función de la comparación con la felicidad de los demás, es una cosa extraña pero supongo que está relacionada con el instinto de supervivencia; algo así como una carrera de fondo, si vas el primero vas tranquilo, si ves que uno se cae te alegras porque significa que no te ganará, si otro queda agotado a mitad de camino, pues mira que bien, y esa es la cuestión, tomamos nuestra felicidad como que para ser felices tuviésemos que ganar esa carrera de fondo.

Mientras no cambiemos eso no cambiaremos nada, sólo habrá más gente insalvable en el mundo, porque muchos ya, están tan abajo que son insalvables.